Vinos que hay que recordar y apreciar con alegría. Esta es la tierra que hemos elegido para nuestro viñedo, la tierra que cultivamos día a día para crear vinos expresivos, transparentes, fieles a su herencia genética.

La familia Mogavero se dedica a la elaboración de vinos desde hace más de cuarenta años: desde que, en 1975, Giuseppe Mogavero, ingeniero agrónomo, decidió dar sus primeros pasos en la elaboración de vinos de calidad en una pequeña región italiana, Molise, donde la viticultura era sólo una práctica doméstica.

La conformación de la ladera configura una característica cuna de viñedos en un paraje extremo y grumoso, con predominio de la arcilla y fuerte presencia de piedras, sin cultivar durante siglos y rodeado de hectáreas de bosque. Es un cerro que huele a humus ya maleza, que se asoma al río Biferno a una altitud de entre 300 y 400 metros.

La elección, desde la plantación, es cultivar en Agricultura Ecológica para respetar y preservar este entorno prístino y enriquecerlo con energía y vitalidad. Del jabalí a la libélula, del lobo al faisán, del tejón a la víbora, la madera dialoga con los amplios espacios de hileras en una sorprendente armonía entre flora y fauna.

Así obtenemos uvas fragantes y sabrosas para producir vinos limpios, originales, sabrosos, cada uno con su propio carácter único y reconocible.

Vinos que hay que recordar y apreciar con alegría. Esta es la tierra que hemos elegido para nuestro viñedo, la tierra que cultivamos día a día para crear vinos expresivos, transparentes, fieles a su herencia genética.